sábado, 17 de marzo de 2012

Mi barriga sigue creciendo

Desafiando los pronósticos médicos, haciendo la burla a la lógica, tirando para atrás el sentido común de todos los que no entienden el porque de seguir...a los que creen que es alargar la agonía, me pregunto de quien esa agonía, si Gabriela vive tranquila y en paz en el lugar mas calentito del mundo, mecida por su mamá, y yo... pese a la tristeza de saber que la perderé demasiado pronto, soy capaz de dormir por las noches acariciando la, tranquila, serena, sintiéndome en paz conmigo misma y con mi decisión.

ha pasado un mes, un mes de calendario, pero he recorrido un camino condensado, repleto de sentimientos encontrados, he tenido que hacer grandes esfuerzos para entender...para creer, para sostener la situación, para asimilar lo que nos esta pasando.

A nivel médico tambien a pasado un mes, un mes con la bolsa rota, sin apenas liquido amniótico, mi hija sigue viva sin aparente complicación...mi barriga sigue engordando.

Ha habido días muy duros, días en los que he sentido hasta rechazo por este bebe, en los que he sentido la necesidad de acabar con todo... menos mal que me di cuenta a tiempo de que la necesidad real es de que esto jamás hubiese pasado y detener un embarazo no quiere que ese bebe nunca existió, ni te deja para bien o para mal con esa sensación...

En otros momentos he llegado a creer si quizás se equivocaron, me he llegado a plantar plantado en la consulta sonriente esperando escuchar que todo estaba milagrosamente bien...esto también debe de ser muy normal, pero casi nunca sucede, todo sigue igual o peor, las semanas pasan, los controles se suceden...y todo sigue mal, muy mal.

He llorado a lágrima viva, creo que como nunca había hecho, he llorado gritando, con una rabia animal, agarrada a lo poquito que tenía preparado para ella, preguntándome el porque una y otra vez...
Momentos en los que no hacía mas que añorar lo que nunca habíamos vivido pero si teníamos planeado para ella...

Todo esto paso, la calma llego, aunque no lo creas la calma llega y apacigua el dolor, como una especie de sedación consciente.
Me he dado cuenta que lloraba por alguien que nunca existió, mi niña sigue viva dentro de mi, pero no es esa niña que creía que nacería en julio, que vendría junto con Marco y su papá a la playa este verano...llorar a esta niña era llorar a una niña ajena,no ha mi niña, no a Gabriela,lloraba por una niña que quizas en otro momento vendrá a nuestras casas pero no ahora.


Y asi es como empecé a querer de verdad a mi hija, por lo que es. Una niña con malformaciones letales que serán incompatibles con la vida extrauterina irremediablemente, una niña que ahora mismo es feliz, crece, se forma, madura...se duerme escuchando mis latidos, recibe el amor de sus padres y de su hermano, una niña que se ira demasiado pronto, ojala no fuese asi,pero durante el tiempo que se quede nos tendrá, a su mamá, a su familia, queriéndola con locura, y respetándola en todo, hasta que ella pueda...

HASTA QUE TU QUIERAS GABRIELA...

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