sábado, 2 de marzo de 2013

Pequeño, así y ahora no me vienes bien.

Lo se, me prometí hace tiempo que nunca jamás juzgaría las decisiones de los demás, me convencí de que no era justo, cada cual tienes sus propias circunstancias que en primer lugar no conocemos. No lo puedo evitar, callo en voz alta pero mi voz bajita, la que resuena dentro me repite lo mismo una y otra vez... Antes del embarazo de mi pequeña, el tema del aborto había salido en varias conversaciones, es un tema que desgraciadamente se trata a menudo, la mayoría de veces por personas que no se han visto en esa tesitura de tener que decidir, siempre se habla demasiado alegremente, empiezas a escuchar y lo peor...a pronunciar, frases como ¨yo tengo muy claro que si me tocase...bla, bla, bla¨ y si, solemos utilizar esa forma verbal, que denota que ni por asomo pensamos que vaya a suceder nos , es algo que pasa desgraciadamente, y algunas veces incluso lo vivimos de cerca en forma de la amiga de mi prima o la hermana de mi compañera de trabajo, pero no a nosotras, nos jartamos de hablar de algo de lo que nos creemos exentas. Recuerdo que cuando hablaba del tema terminaba en casa sola, repasando la conversación y me reconocía a mi misma muchas mas dudas de las que me había atrevido a confesar. Un tiempo antes del embarazo de mi pequeña, conocí el caso de una mamá que decició interrumpir su embarazo practicamente llegado a término al conocer malformaciones graves en el, todavía sigo dando le vueltas,no se porque razón no dejo de pensar en el, en el niño que no nació, intento entender los motivos de sus papás pero los de verdad, no los que ya me han contado, y me repito como un mantra ¨no juzgues, no juzgues¨. Recuerdo que durante una conversación, esta mamá se justificaba diciendo cosas como: ¨que vida nos esperaba, somos jóvenes¨, ¨se le iban a reir en la escuela¨. Mas tarde en mas de una ocasión, hablamos del tema como algo que nos había pasado a las dos, pero no, ni por asomo el caso era similar, las dos tuvimos que tomar una terrible decisión pero una decisión distinta, yo la de interrumpir la vida de mi hija o esperar a que falleciese intrautero, y ella la de interrumpir la vida de su hijo o dejarlo vivir,su hijo podría ahora mismo estar vivo, y no lo está, no lo está porque no iba a ser un niño como los demás...me gustaría entrar por un pequeño hueco del alma de estos padres para saber cuanto les sigue doliendo su decisión, pero,¿Quien soy yo?, ¿Quien soy yo para decir que fueron crueles? Tengo una amiga con la que gasto este tipo de conversaciones, esta también con conocimiento de causa, tiene una niña con necesidades especiales, recuerdo una frase suya cuando yo esperaba (todavía con ilusión) a mi pequeña, ¨Cuando decides quedarte embarazada tienes que estar preparada para cualquier cosa.¨ Que sabia la frase y que sabia mi amiga aunque ella no lo sepa...Para cualquier cosa, preparada... Pero no suele ser así, con nuestra maravillosa pareja o sin ella, decidimos que a llegado el momento de aumentar la familia, vamos a por nuestro primer hijo o a por el hermanito, y lo mas que alcanzamos a ver como algo dado al azar es si será niño o niña o el color de su cabello, ¿Pero si nuestro querido hijo viene a rompernos todos los planes? y ¿Si la mochila que trae nuestro hijo querido, deseado y buscado pesa mas de lo que esperábamos? Es nuestra vida y por lo tanto tenemos derecho a decidir si nos viene bien ¿O no?¿ O no...? Buscamos un nuevo ser y llegó, todavía no le ha dado el sol en la cara pero lo cierto es que ya está aquí, ya existe, ya ES, y ¿Ahora que? ¿De verdad se puede cortar esa vida porque no es lo que teníamos previsto? y si es así, sin hablar de derechos legales, ¿De verdad se puede vivir con ello? Esas veces en las que me quedaba repasando en mi cabeza estás conversaciones, recuerdo que pensaba que había sido hipócrita diciendo que querría a mi hijo igual y lo aceptaría, y me reconocía a solas que por nada del mundo me gustaría tener un hijo diferente, ahora me doy cuenta que este no es el tema, ¡Nadie lo quiere!,!Nadie lo elegiría si pudiese!! El tema es otro, el tema es que ese hijo ya esta aquí y tu tienes el ¨derecho¨ a decidir si te lo quedas o lo matas, si, lo matas!! suena fuerte, pero es el término mas apropiado, estoy harta de leer y escribir la palabra interumpir, como si se tratase de un proceso que no dejas terminar. Lo entendí cuando llego Gabriela, en esos momentos en los que todavía fantaseábamos con la idea de que se hubiesen equivocado con el diagnóstico, en esos momentos todo lo hablado y opinado perdía su valor, ahí solo estaba nuestra hija y una familia dispuesta a hacerle la vida un poco mas fácil pese a sus grandes limitaciones, y...¿ Encantados? Pues no, por su puesto que no, no gustosos y aceptando sino furiosos y enfadados de todo lo que nos esperaba, pero sin otra opción, pues nuestra hija estaba ya aquí. Y no, no me pongo como ejemplo a seguir para tirar por tierra a los que decidieron lo contrario, la vida es muy larga y quizás vuelvo a verme en un situación parecida pero con otro final, solo pienso, solo me pregunto y os invito a reflexionar sobre ello y ha compartirlo conmigo si queréis...me pregunto si la ley nos limpia la conciencia, me pregunto si lo permitido es normal... No se, sigo dándole vueltas a la reflexión de mi amiga y pienso, si quizás estos hijos nuestros deberían mandarnos un email antes de encarnarse en nuestros vientres contándonos como van a ser, para poder darle al botoncito de: ME GUSTA o al de: PEQUEÑO, ASÍ Y AHORA NO ME VIENES BIEN...

2 comentarios:

  1. Voy a intentar ser sincera. Yo era de las que cuando se hablaba del tema, siempre decía que abortaría si supiera que mi hij@ "no viene bien". Incluso cuando leí en la autopsia que mi niña tenía una fisura palatina, por un momento me alegré de que hubiera decidido irse. Me avergüenza decirlo, pero es lo que sentí, por un instante, pero fue así. Esa pequeña malformación hubiera impedido o dificultado muchos de los planes que tenía para mi hija. ¡Qué equivocada estaba! Era ella la que tenía planes para mí, mucho que enseñarme.

    Me pregunto si cuando decidimos ser padres, somos conscientes de lo que ello significa. Siempre me acuerdo del poema de Kahlil Gibran “Tus hijos no son tus hijos”. Quizás deberíamos aceptar que cuando traemos una nueva vida, es otra vida. No es algo que podamos elegir y diseñar a nuestro antojo. Deberíamos preguntarnos si estamos preparados para aceptar a esa nueva vida, sea como sea. No me estoy refiriendo únicamente a enfermedades, malformaciones, discapacidades… También a su carácter, a sus necesidades, a sus tiempos, incluso a si decide no llegar. Las palabras de tu amiga son muy sabias.

    Aún así, me quedo con el “no juzgar”. Ninguna decisión es fácil cuando atañe a algo tan amado como un hij@. Hacemos lo que podemos, lo que sabemos, lo que sentimos en aquel momento. Ojalá nadie tuviera que enfrentarse a ello…

    Siento haberme extendido…

    Me alegro mucho de que hayas vuelto a escribir

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Pues yo me alegro de que te hayas extendido y aportes tu reflexión.

      Ese es el fin, no se trata de juzgar sino de reflexionar sobre la maternidad, sobre lo que implica desear y buscar un hijo, lo que verdaderamente deberíamos pensar antes de querer ser madres.

      Gracias Essie.

      Eliminar